«Cuidar no es trabajar» vs. «El trabajo más importante es cuidarse y cuidar a los demás»
Por Ernesto Nieto, técnico de eventos en NESI
El pasado 26 de mayo, durante la 3ª edición de NESI Global Forum, el Foro de Nueva Economía e Innovación Social, en el que se dan cita las personas y las organizaciones que trabajan para co-crear una nueva economía que esté al servicio de las personas y del planeta, tuvo lugar el panel “Economía de los Cuidados. Cuidar no es trabajar & El trabajo más importante es cuidarse y cuidar a los demás”.
Nos aproximamos a la realidad precarizada, feminizada e invisibilizada de los cuidados, a través de las políticas públicas y de una empresa privada consciente de los retos. Todas las personas necesitamos cuidados, en la infancia y adolescencia, cuando somos mayores, y en situaciones de especial vulnerabilidad (puntuales o permanentes) por las que atravesamos a lo largo de la vida.
Brenda Chavez, periodista especializada en consumo, sostenibilidad y cultura fue la encargada de moderar el panel en el que participaron Lina Gálvez, Europarlamentaria y Roberto Valdés, co-fundador y CEO de CUIDEO.
Cuidar a las personas en la economía actual no está considerado un trabajo y menos un empleo. Además, es un trabajo que tradicionalmente se ha asignado a las mujeres. El panel se desarrolló bajo el acuerdo de que el compromiso y el negocio de los cuidados son dos funciones compatibles para el bienestar las personas.
Comenzaba Lina afirmando que para ella la economía de los cuidados va más allá del trabajo productivo y se centra en las necesidades vinculadas a los cuidados que tiene una sociedad para evitar caer en grandes desequilibrios. Además señala que se pueden identificar 4 ejes principales sobre los que oscilan los cuidados en función de lo desarrollada que esté la sociedad: el mercado, la familia, la sociedad civil y el ámbito público.
Por su parte Roberto hacía hincapié en el cambio que se ha producido en el paradigma de los cuidados durante los últimos 30 años y habla de la generación sándwich para referirse a las personas que tienen que cuidar tanto de sus hijos como de sus mayores. Además aporta datos con respecto a la distribución de la carga de trabajo y señala que el 40% de las personas encargadas de los cuidados son hombres y 60% son mujeres aunque cuando hablamos de los profesionales que se dedican esto en torno al 85% son mujeres ya que muchas familias consideran que una mujer está más cualificada par realizar este trabajo.
A los datos aportados por Roberto, Lina señala que muchos de los hombres que se encargan de los cuidados en el ámbito familiar lo hacen porque perciben algún tipo de beneficio económico actual o futuro.
Brenda plantea una cuestión para los EcoHackers: ¿Cómo incorporamos más hombres al sector de los cuidados?
A esto Roberto apunta que el primer paso es romper con los estereotipos desde el área de recursos humanos de las empresas relacionadas con los cuidados y tratar de hacer entender que la experiencia va por encima del género.
Mientras que Lina comentó que esto está vinculado con los estímulos que recibimos desde pequeños y que la segregación ocupacional ha aumentado y esto influye en las elecciones de los niños y niñas a la hora de elegir su carrera profesional. Añade que la ley de dependencia es tardía y que los mercados de trabajo son precarios y hay que hacer que este círculo vicioso pase a ser un círculo virtuoso.
Brenda plantea una nueva cuestión: ¿Se van a reforzar los cuidados a raíz de la pandemia con los fondos europeos?
Roberto por su parte menciona que estos fondos deben orientarse a la formación de cuidadores para mejorar la ley de dependencia.
Por su parte Lina recalca que la economía de los cuidados va más allá de los cuidados a las personas mayores y en ese sentido los fondos europeos fallan. Y ella ve en la falta de prestigio del sector de los cuidados el motivo principal por el que los hombres son reticentes a trabajar en él.
Finalmente Brenda pregunta a los EcoHackers sobre los pros y contras de la digitalización en el sector de los cuidados.
Por un lado Roberto indica que solo ve aspectos positivos en cuanto a esto puesto que puede simplificar los procesos como por ejemplo en la selección de candidatos y hacerlos de una manera más imparcial. Por otro lado Lina, señala que ella también ve más aspectos positivos que negativos en cuanto a la simplificación de los procesos. Y ambos coinciden en que no se debe caer en incorporar la tecnología a los cuidados en sí ya que esto requiere un tipo de cuidados más concretos.
Éstas son algunas de las conclusiones principales el panel:
- Debemos entender la economía de los cuidados como un todo (mercado, familias, sociedad civil, público, etc.)
- Reparto desigual en el mandato de los cuidados entre hombres y mujeres. Escasa corresponsabilidad.
- Hay que romper con los estereotipos de género en la economía de los cuidados.
- Los fondos europeos y la Ley de Dependencia son una gran oportunidad para los cuidados pero estos deben utilizarse correctamente.
El diálogo finalizó con una visión sobre la importancia de generar alianzas entre el sector público y privado y de ambas con la sociedad para impulsar la inversión de impacto, como herramienta para impulsar la Nueva Economía del siglo XXI, una nueva economía que ya se recoge en el Plan A, Economía para la Vida, con 38 estrategias y 383 propuestas para ser líder en innovación y sostenibilidad. Se trata de un programa de política económica, liderado por NESI y elaborado conjuntamente por más de 70 organizaciones y 5.000 ciudadanos, que plantea un modelo transformador alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y centrado en las personas y el planeta.
Bajo el lema, “EcoHackers, hackeando la economía en positivo” el Foro ha invitado a todos los asistentes a hacer un reseteo global a todos los niveles para preguntarnos qué desaprendizajes mentales o cambios de hábitos tenemos que hacer como sociedad para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.