A medida que el empoderamiento femenino va calando en la evolución de la sociedad hacia la igualdad y justicia social, va empapando también áreas paralelas a él. Uno de estos sectores esenciales es la economía. Desde hace años, crece el interés en la economía feminista y sus aplicaciones prácticas en el sistema económico actual.
Esta visión nos recuerda que el centro de la sociedad son los procesos que sostienen la vida, los cuales generalmente no son remunerados y son llevados a cabo por mujeres. Estos procesos, llamados “cuidados”, suelen encontrarse invisibilizados y como consecuencia, suelen considerarse secundarios aunque realmente supongan la base de la organización superior del sistema social y económico.
Pone el foco en las construcciones sociales de economía tradicional, cuestionando lo positivo y negativo de ambas, y pretende señalar la forma en que esos modelos y métodos están basados en preferencias masculinas. Partiendo de la premisa de que la economía está enfocada tradicionalmente en temas “tradicional y culturalmente masculinos”; la economía feminista apela a la inclusión de cuestiones consideradas “femeninas” como son la economía familiar, las conexiones, los cuidados y las emociones. Estos conceptos nos llevan, en su aplicación práctica, a una nueva economía que tiene en cuenta el bienestar social de sus comunidades sin las desigualdades inherentes al capitalismo.
Éstas y muchas más recomendaciones las puedes encontrar en las páginas del Magazine ‘A roadmap to 2030‘.