Hackeando el mundo de las finanzas, el capital y la inversión tradicional
Por Carlos Flores, técnico en Nuevas Economías y Agenda 2030
El pasado 26 de mayo, durante la 3ª edición de NESI Global Forum, el Foro de Nueva Economía e Innovación Social, en el que se dan cita las personas y las organizaciones que trabajan para co-crear una nueva economía que esté al servicio de las personas y del planeta, tuvo lugar el panel “Maximización del capital» vs «Maximización del Impacto».
Este panel tenía mucho que aportar sobre hackeos mentales, tanto por la necesaria colaboración de todo el ecosistema, como por la magnitud del resultado ante una esperada transformación de la cultura inversora y empresarial.
Dentro de la temática Hacking Business, el panel contó con la moderación de José Luis Ruiz de Munain, cofundador de Foro Impacto y director de SpainNAB y la participación de tres personas conocedoras del sector de la inversión de impacto, las finanzas de impacto y ecohackers de la transición del mundo de las finanzas hacia aspectos Ambientales, Sociales, y de Gobernanza (ASG). Pilar Cristobal, Impact Investment Consultant en Levoca Impact Labs, Jose Bayón, consejero delegado de ENISA (Empresa Nacional de Innovación, S.A.) y Gerardo Wijnart, subgerente Responsable de Impacto en Doble Impacto.
José Luis Ruiz de Munain arrancó el encuentro reflexionando sobre la importante tendencia que estamos viviendo durante los últimos 5 años transitando desde teorías económicas promovidas por Milton Friedman (Premio Nobel de Economía de 1976) que primaban a los accionistas, hacia teorías anteriores de los años 30, orientadas más a la primacía de los grupos de interés y no del accionista, entendiendo grupos de interés como el conjunto de actores intervinientes en la economía, empresa, ciudadanía o sector público.
Claro ejemplo de esto ha sido el manifiesto del año pasado del “Business Round Table”, asociación que agrupa a los 200 líderes empresariales más importantes de EEUU, cuna del capitalismo, donde indican que el mundo de la empresa no puede moverse solo por el beneficio económico sino que también tiene que empezar a pensar en el conjunto de los grupos de interés.
Esta clara tendencia viene liderada por una punta de lanza que llamamos inversión de impacto, donde más allá de evitar una huella negativa en la sociedad y el medioambiente, busca invertir en empresas que además de generar una rentabilidad económica, aporten soluciones a retos sociales y medioambientales y su impacto sea medible.
Como aclaraba Pilar Cristobal, cabe diferenciar la inversión de impacto de conceptos similares como inversiones responsables, aquellas que mitigan los riesgos ASG para garantizar la rentabilidad financiera, o las conocidas como inversiones sostenibles donde además de evitar generar daños busca el mayor impacto para sus grupos de interés.
Jose Bayón reconocía que los nuevos negocios están en la inversión de impacto al resolver los problemas de una sociedad que se transforma.
En relación a la medición del impacto, Gerardo Wijnart apuntaba al riesgo de exclusión de empresas que no lleguen al estricto cumplimiento de certificaciones globales con reglas demasiado estrictas, y aboga por monitorizar el proceso de evolución hacia el impacto y su medición desde una actitud más integradora.
La Administración Pública juega un papel fundamental y existen numerosos instrumentos financieros para resolver estos problemas, como son los contratos de pago por resultados, o el blended finance que permite atraer el capital privado a través de una participación pública con una rentabilidad condicionada en favor del inversor privado, pero lo que queda de manifiesto es la necesidad de nuevos mecanismos financieros que apalanquen el capital público y filantrópico a la hora de resolver los retos sociales más complicados.
Como conclusión se manifestó la necesaria colaboración del sector privado, sector público y sociedad civil de forma imprescindible. El sector público debe generar incentivos necesarios que favorezcan y prioricen aquellas empresas que contribuyen a este desarrollo sostenible y del bien común, a partir de las compras públicas, licitaciones, etc que actúan como mensajes a las empresas más tradicionales para que puedan ir modificando su estrategia.
La sociedad civil como consumidores conscientes y responsables premian con su decisión de compra a aquellos que “hacen bien las cosas” y el sector privado con la movilización de capital privado hacia aquello que realmente sirve a la sociedad. Todo ello debe ir acompañado de una educación acorde con la nueva realidad en sustitución del modelo tradicional que ya no da respuesta a los problemas actuales.
El diálogo finalizó poniendo en valor la importancia desaprender y adquirir nuevos aprendizajes para darnos cuenta que cuidar y cuidarse es vital en nuestra sociedad y que la Economía de los Cuidados es una herramienta para impulsar la Nueva Economía del siglo XXI, una nueva economía que ya se recoge en el Plan A, Economía para la Vida, con 38 estrategias y 383 propuestas para ser líder en innovación y sostenibilidad. Se trata de un programa de política económica, liderado por NESI y elaborado conjuntamente por más de 70 organizaciones y 5.000 ciudadanos, que plantea un modelo transformador alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y centrado en las personas y el planeta.
Bajo el lema, “EcoHackers, hackeando la economía en positivo” el Foro ha invitado a todos los asistentes a hacer un reseteo global a todos los niveles para preguntarnos qué desaprendizajes mentales o cambios de hábitos tenemos que hacer como sociedad para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.