A medida que el movimiento feminista va calando en la evolución de la sociedad hacia la igualdad y justicia social, va empapando también áreas paralelas a él.
Uno de estos sectores esenciales es la economía. Desde hace años, crece el interés en la economía feminista y sus aplicaciones prácticas en el sistema económico actual.
A medida que el empoderamiento feminino va calando en la evolución de la sociedad hacia la igualdad y justicia social, va empapando también áreas paralelas a él. Uno de estos sectores esenciales es la economía. Desde hace años, crece el interés en la economía feminista y sus aplicaciones prácticas en el sistema económico actual.
Esta visión nos recuerda que el centro de la sociedad son los procesos que sostienen la vida, los cuales generalmente no son remunerados y son llevados a cabo por mujeres. Estos procesos, llamados “cuidados”, suelen encontrarse invisibilizados y como consecuencia, suelen considerarse secundarios aunque realmente supongan la base de la organización superior del sistema social y económico.
Antes de adentrarnos en qué puede aportar esta nueva visión económica, definamos brevemente en qué consiste. El movimiento feminista y la economía dan lugar a la economía feminista: el estudio critico de la economía incluyendo la metodología, etimología, historia e investigación empírica, intentando superar las bases androcéntricas (patriarcales, masculinas).
Ofrece por tanto, una visión alternativa de la economía, empezando por la pregunta sobre qué es la economía y cuál es su objetivo. Frente a la maximización de los beneficios del capital o de la ganancia individual o del crecimiento económico o del consumismo, propone la construcción del bienestar social junto al respeto y cuidado de la madre tierra.
Esta visión nos recuerda que el centro de la sociedad son los procesos que sostienen la vida, los cuales generalmente no son remunerados y son llevados a cabo por mujeres. Estos procesos, llamados “cuidados”, suelen encontrarse invisibilizados y como consecuencia, suelen considerarse secundarios aunque realmente supongan la base de la organización superior del sistema social y económico.
Pone el foco en las construcciones sociales de economía tradicional, cuestionando lo positivo y negativo de ambas, y pretende señalar la forma en que esos modelos y métodos están basados en preferencias masculinas. Partiendo de la premisa de que la economía está enfocada tradicionalmente en temas “tradicional y culturalmente masculinos”; la economía feminista apela a la inclusión de cuestiones consideradas “femeninas” como son la economía familiar, las conexiones, los cuidados y las emociones. Estos conceptos nos llevan, en su aplicación práctica, a una nueva economía que tiene en cuenta el bienestar social de sus comunidades sin las desigualdades inherentes al capitalismo.
NESI Global Forum, el encuentro internacional de nuevas economías que se celebrará en Málaga del 24 al 26 de abril, no será ajeno a todos estos cambios y propuestas e incluirá en su agenda algunas de las principales propuestas de del movimiento feminista económico para que sus asistentes puedan identificar, debatir y plantear cómo pueden ayudarnos a diseñar un futuro mejor para nuestras comunidades. Entre los puntos esenciales destacamos:
- Respeto al Medio Ambiente
- Cooperación frente a la competitividad
- El cuidado a la comunidad
- Sentido de la igualdad frente aquellos que imponen sus ideas
- Visión a medio-largo plazo frente al cortoplacismo y la mediatez
- Sentido de justicia social
- Transitar con propósito hacia el bien común frente a la monetización del beneficio
Fue a principios de los años noventa cuando se afianzó la expresión “economía feminista”, especialmente con la creación de la International Association for Feminist Economics (IAFFE). Desde entonces, la economía feminista se ha extendido en todas direcciones, incluida España. La inclusión de estas visiones está ayudando a crear políticas que han reducido la discriminación de género, raza e inequidad, satisfaciendo objetivos centrales de la economía. Esta visión se suma a todas aquellas iniciativas que consideran que debemos encontrar alternativas, más éticas y sostenibles, a la economía capitalista tradicional.