¿Cómo contribuye el urbanismo sostenible a la lucha contra el cambio climático?
Por Ouassima Tighadouini Loukiaa, periodista y apasionada de la Comunicación.
El urbanismo sostenible es una tendencia que busca fomentar un espacio urbano no dañino para el medio ambiente que permita a los ciudadanos acceder a todos los servicios primordiales de forma cómoda, sostenible y agradable.
Tiene como objetivo principal reducir el nivel de emisiones que se produce en las ciudades y modificar el comportamiento de los ciudadanos hacia la sostenibilidad medioambiental.
La crisis climática que se está viviendo en el mundo entero ha acuciado la implantación del modelo de “ciudades de 15 minutos” y “territorios de 45 minutos” que se está llevando a cabo en numerosos países.
El primer modelo está tomando mucha fuerza en diferentes ciudades del mundo, dando respuesta a las exigencias del cambio climático que obligan a reducir el nivel de contaminación y a los retos de la crisis sanitaria de acercar lo más cerca posible las necesidades de los ciudadanos, garantizando un espacio seguro, sostenible y cercano.
La ciudad de los 15 minutos se basa en una reorganización de la ciudad de manera que los servicios básicos queden distribuidos a una distancia de 15 minutos andando o en bicicleta. Mientras que el territorio de los 45 minutos busca garantizar el acceso a esos servicios a una distancia mucho más amplia.
Algunos ejemplos de urbanismo sostenible
París es una de las ciudades europeas que ha implantado el modelo Ciudades de 15 minutos mucho antes de la llegada de la pandemia. La alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, tomó la decisión para reducir los niveles de contaminación y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos mediante la implantación de medidas de urbanismo sostenible.
El objetivo es la descentralización de la ciudad basada en la reorganización de los puntos de acceso a las necesidades básicas (vivir, trabajar, comprar, etc.), de manera que los habitantes tengan todo a su alcance y no tengan que invertir más tiempo del necesario.
Uno de los cambios que se ha llevado a cabo es el de la autopista que rodea el río Sena, en ella se han habilitado zonas para bicicletas y peatones, se ha implantado mucha más vegetación y fuentes para combatir los efectos del cambio climático. También se han creado zonas verdes muy bien cuidadas para los habitantes que transitan por ahí, ofreciendo un aspecto vivaz y dinámico.
Melbourne, en Australia, es otra de las ciudades que se han unido a este modelo, aunque ha desarrollado su propia versión, dado las diferencias urbanas que posee respecto a la ciudad francesa.
Esta ciudad ha elaborado el Plan Melbourne 2017-2050 que persigue que todos los empleados puedan llegar a sus lugares de trabajo en un periodo de tiempo inferior a 20 minutos. Otro de los objetivos que incluye es la creación de espacios públicos accesibles y seguros que permitan a los habitantes transitar a pie, en bicicleta o bien, a través de transporte público a los servicios básicos.
Se quiere convertir Melbourne en una ciudad inclusiva en la que cualquier persona pueda tener acceso al consumo comercial, sin que eso implique hacer un trayecto muy largo. Se quiere apostar por una economía local y autosuficiente que conecte a la comunidad y mejore las relaciones entre sus integrantes.
Ottawa, en Canadá, ha aprobado el Plan de intensificación urbana de 25 años para crear una comunidad de “vecindarios de 15 minutos” con el objetivo de convertirse en la capital canadiense de tamaño medio más habitable de América del Norte.
El proyecto se centra en la intensificación urbana en lugar de la expansión, creando centros residenciales donde las personas pueden llegar a la mayoría de sus destinos diarios: escuelas, supermercados, transporte público, parques y bibliotecas a 15 minutos de sus hogares.
Otro de los objetivos que se persigue es que los residentes realicen significativamente más del 50 por ciento de sus viajes a pie, en bicicleta, en transporte público o en auto compartido.
Portland es la primera ciudad de los Estados Unidos que ha querido adoptar un plan para combatir el cambio climático. Se ha marcado como objetivo reducir las emisiones de carbono en un 80% para 2050 a través de la puesta en marcha del Plan de Acción Climática de Portland.
Con esto se pretende facilitar el acceso a las actividades esenciales a pie o en bicicleta mediante la incorporación de zonas peatonales y carriles bici. El plan dará prioridad a los vecindarios con bajos ingresos para facilitar una igualdad de condiciones sociales entre ellos. Esto supone una oportunidad de crecimiento de la economía local, mejor calidad de aire y salud, nuevos empleos que permitan a las personas pasar más tiempo dentro sus propios vecindarios y frecuentar las tiendas, restaurantes y demás comercios que hay alrededor.
Ante el gran desafío medioambiental, las ciudades están comprometidas con los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que busca transformar la estructura de las grandes ciudades a nivel mundial. Para ello, se desarrollan medidas como la de “ciudades de 15 minutos” con el fin de crear ciudades de proximidad a las viviendas y a los lugares de trabajo además de habilitar zonas verdes o de transformar el modelo de movilidad a uno más sostenible.
La rápida urbanización que se está produciendo en el mundo entero está dando lugar a un aumento de la contaminación del aire, aumento de habitantes en barrios pobres y una insuficiencia de infraestructuras y servicios. Las cifras indican que en 2030 aumentará en un 60% el número de personas que habiten en las grandes ciudades. Como consecuencia, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) luchan por conseguir unas ciudades y territorios más inclusivos, seguros, sostenibles y conectadas.
Aplicar el urbanismo sostenible es clave para alcanzar el modelo de Ciudades de 15 minutos y Territorios de 45 minutos y para ello se necesitan acciones transformadoras que capaciten a los principales agentes implicados a nivel local y regional.
Medidas como formación específica para los técnicos municipales, la identificación de los retos a los que se enfrenta cada territorio, la detección de casos de éxito que puedan ser replicables e imitados por otros y generar sinergias entre territorios para elaboración de propuestas conjuntas, son fundamentales para que la implantación del urbanismo sostenible, entendido como estrategia global que pone en centro del modelo a las personas y al planeta.