Ciudades de 15 minutos y Territorios de 45 minutos
Por Oriol Estela Barnet, coordinador general del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona
Si hay algo limitado y preciado para el ser humano es el tiempo. Y aún así, pocas veces le prestamos la atención debida en nuestras actividades cotidianas. Tanto es así que uno de los males de nuestra sociedad hiperconectada es que tendemos a invertir las prioridades en cuanto al uso del tiempo, restringiendo cada vez más el dedicado a las cosas que realmente importan.
Es por ello que utilizar el tiempo como unidad de medida para la planificación urbana y territorial parece un planteamiento absolutamente pertinente y necesario, puesto que la interrelación entre forma urbana y estilo de vida tiene importantes consecuencias en cuanto a los usos del tiempo.
En el panel “Ciudad de 15 minutos y Territorios de 45 minutos”, celebrado en el marco de la 3ª edición de NESI Global Forum, el Foro de Nueva Economía e Innovación Social, celebrado del 25 al 27 de mayo, conversamos sobre esta cuestión con representantes de tres ciudades de características bien diferentes.
Desde que la ciudad de París apostó ser una “Ciudad de los 15 minutos”, más ciudades del mundo se suman a este modelo que también se ha extendido a áreas metropolitanas y medio rural bajo el concepto de “Territorios de los 45 minutos”. Más allá de una movilidad de cercanía y sostenible, estos modelos apuestan por un estilo de vida más humano, en el que tengamos tiempo de calidad con las personas que queremos y podamos conectar con la naturaleza.
¿Cómo hacer que las Ciudades de los 15 minutos y los Territorios de los 45 minutos sean una realidad?
Ésta y otras preguntamos abordamos de la mano de Ulpiano Suárez, intendente de la Ciudad de Mendoza (Argentina), Gerardo Ríos, coordinador General del Instituto Municipal de Planeación Puebla (México) y Carme Casado, responsable de CERSIA, el departamento de promoción económica del Concello de Santiago de Compostela.
Ulpiano Suárez nos habló sobre cómo esta ciudad de unos 120.000 habitantes es la cabecera del llamado Unicipio, una aglomeración metropolitana de cerca de un millón de habitantes, que a su vez linda con un vasto territorio rural conocido principalmente por su producción vitivinícola.
Por su parte, Carme Casado dio cuenta de las particularidades de una ciudad que, desde su compacto centro histórico, ejerce de capital administrativa de la región de Galicia y articula un territorio en el que la dispersión de los núcleos de población es la tónica dominante.
Finalmente, Gerardo Ríos, expuso los condicionantes que la gran dimensión de su término municipal (más de 500 Km2) y su proximidad a una de las mayores metrópolis del mundo, como es Ciudad de México, suponen para la movilidad cotidiana de su más de millón y medio de habitantes.
Pese a tan marcadas diferencias, la coincidencia acerca de lo acertado del concepto “ciudad de 15 minutos” fue total. Todas las ciudades representadas apuestan por favorecer un cambio en la distribución modal del transporte en favor del peatón, la bicicleta y los medios colectivos públicos en aquellas zonas que por su mayor nivel de compacidad así lo permiten. Y, al mismo tiempo, dotar estas zonas de los servicios necesarios para la vida cotidiana de quienes en ellas residen, con el fin de garantizar su acceso en un radio de un cuarto de hora en cualquiera de los modos de desplazamiento indicados.
El mensaje compartido fue que hay que hackear la ciudad para que el ritmo vital lo marque la ciudadanía y no el vehículo privado, con el fin de incrementar la calidad de vida en ciudades más sostenibles.
Un consenso similar se alcanzó alrededor de la noción de “territorio de 45 minutos”, que no es otra cosa que garantizar que desde cualquier punto de una región metropolitana, incluyendo los espacios rurales con los que se interrelaciona, se pueda acceder a todos los servicios, cotidianos y de nivel superior (por ejemplo, grandes hospitales) en transporte público. Un concepto que refleja a la perfección la idea de Urban & Rural Hacking, título de la temática en el que se inscribía el debate.
En este caso, sin embargo, las diferencias residían en la traslación del modelo a territorios de tan distinta morfología. Para Mendoza, se trata de aprovechar la consolidación de la realidad metropolitana mediante sistemas de transporte público que cubran al conjunto del Unicipio y den servicio a las zonas rurales colindantes. Santiago aboga más por potenciar el policentrismo de los diversos núcleos de población de su región para limitar la inevitable utilización del vehículo privado. Puebla, por su parte, debe afrontar una estrategia que avance en ambas direcciones: fomentar nuevas centralidades y conectarlas convenientemente con transporte público.
Todo ello nos conduce a la primera conclusión del panel, que no es otra que el interés compartido por hacer una ciudad policéntrica, tanto en la escala barrial como en la regional/metropolitana, para facilitar el acceso de toda la población a las seis funcionales sociales urbanas esenciales: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender y descansar.
La segunda conclusión es que hay que favorecer las ciudades compactas, con mayor calidad en el espacio público, actividad económica distribuida -como garante de la inclusión social-, nuevos modelos de movilidad y, en general, un desarrollo urbano más sostenible, que a su vez fomente la conexión con la naturaleza y limite las emisiones de CO2.
Por último, la tercera conclusión nos lleva al reconocimiento del territorio como escenario político, en el que el diálogo entre zonas urbanas y rurales, entre núcleos de población, distritos o barrios, y entre grupos sociales diferentes, es la clave para para co-crear una nueva economía que esté al servicio de las personas y del planeta.
El diálogo finalizó con una conclusión común sobre la importancia de reequilibrar las ciudades y los territorios con menos desplazamientos, proximidad y cuidado del medio ambiente, como herramienta para impulsar la Nueva Economía del siglo XXI, una nueva economía que ya se recoge en el Plan A, Economía para la Vida, con 38 estrategias y 383 propuestas para ser líder en innovación y sostenibilidad. Se trata de un programa de política económica, liderado por NESI y elaborado conjuntamente por más de 70 organizaciones y 5.000 ciudadanos, que plantea un modelo transformador alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y centrado en las personas y el planeta.
Bajo el lema, “EcoHackers, hackeando la economía en positivo” el Foro ha invitado a todos los asistentes a hacer un reseteo global a todos los niveles para preguntarnos qué desaprendizajes mentales o cambios de hábitos tenemos que hacer como sociedad para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.
[…] climática que se está viviendo en el mundo entero ha acuciado la implantación del modelo de “ciudades de 15 minutos” y “territorios de 45 minutos” que se está llevando a cabo en numerosos […]
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